Competencia politica partidista en los textos de Simon Bolivar.

AutorPalanques, Marco Ortiz
CargoJulio 1811-Julio 1815

Resumen

Se presentan las ideas acerca de partido, discordia y elecciones postuladas por Simón Bolívar (1783-1830) al inicio de su vida pública y previas a la publicación de la Carta de Jamaica (6 septiembre 1815). La idea central es que la competencia política no es vista como un elemento positivo en este período y que la guerra, aunque puede explicar parte de esta posición, no lo hace completamente, pues Bolívar no valora positivamente la discusión y se centra en describir los aspectos negativos de ésta.

Palabras clave: Simón Bolívar, partidos, elecciones, democracia.

THE DEFENDER POLITICAL COMPETITION IN THE SIMÓN BOLÍVAR'S WRITINGS (JULY, 1811 TO JULY, 1815)

Abstract

The ideas about >, > and > are presented in according to the Simón Bolívar[acute accent]s (1783-1835) postulates in the begining of his public life and before of the publication of the Charter of Jamaica (september 6th., 1815). The central idea is concerning to the political competition, which is not seen as a positive element in this period and about the war too, which is able to explain this position partially. But the war can not explain this position completely because Bolívar doesn[acute accent]t values the debate positively and because he is centered in description of its negatives characteristics. (Translated by Gladys Portuondo).

Key words: Simón Bolívar, parties, elections, democracy.

Introducción

El presente artículo forma parte de un más amplio proyecto de investigación cuya meta es dar luces sobre la forma histórica de concebir la competencia política en Venezuela. En particular se pretende examinar la evolución del pensamiento venezolano en cuanto a la aceptación de los partidos políticos como competidores válidos por el Poder, siguiendo la norma de la mayoría y suponiendo válida la representación de intereses. Esta fórmula puede parecer normal dentro de la doctrina democrática contemporánea; sin embargo, su éxito histórico no es tan claro y ha conllevado un largo proceso de aceptación en los regímenes republicanos desde el siglo XVIII.

Dos corrientes se oponen a la caracterización propuesta. Una es la vertiente monárquica, asumiendo la cabeza de Estado como teniendo un título especial para gobernar en bien del pueblo. La otra proviene de la ilustración y concibe la existencia de una solución racional para aliviar un mal específico sobrevenido a ese mismo pueblo. Ambas parten de una división simple y complementaria de la sociedad entre dirigentes y dirigidos, por la cual el gobernante llega, en virtud de su superior capacidad, a conocer lo mejor para el pueblo y lo aplica. Ninguna de las dos piensa la sociedad como un juego de intereses diversos y contrapuestos, donde muchas veces es imposible satisfacer a todos y mucho menos a una mayoría. La confluencia de ambas corrientes se dio dentro del despotismo ilustrado del siglo XVIII, cuando el rey, auxiliado por expertos, llevaba adelante su propio programa.

Metodología

Dentro de este contexto histórico nuestra hipótesis general apunta a relacionar la tradición regalista y, en menor medida, la ilustrada, como la fuente nutricia de los actores políticos venezolanos en el ejercicio del poder hasta el Pacto de Punto Fijo (31 de octubre 1958) (1). Dentro de los objetos de estudio es importante notar nuestra diferenciación entre las posiciones académicas del pensamiento político, excluidas como nuestro objeto principal de estudio, y aquellas vinculadas a declaraciones, acciones y acuerdos de las mismas personas en el ejercicio del poder y participantes en política. Estas últimas sí formarán nuestro objeto central de estudio. Ciertamente, ambas posiciones no son claramente diferenciables y constituyen más bien un continuo. Nuestra solución preliminar ha sido distinguir entre los actores en su rol de participantes del proceso político y su rol de pensadores que no tienen como meta la injerencia directa en la toma de decisiones. La principal justificación de este proceder no es solamente de carácter práctico (estudiamos a los declarantes mismos), sino también se fundamenta en los resultados de observaciones preliminares. Una rama del pensamiento político ilustrado y decimonónico considera posible distinguir un interés social único al cual debe tender la acción del gobernante; pero la práctica política de aquellos que manifiestan dicha tendencia puede variar bastante de los textos base (2). En particular se estudiarán los principales textos de Bolívar: Manifiesto de Cartagena (1812), Carta de Jamaica (1815), Discurso de Angostura (1819) y Constitución de Bolivia (1826), junto con varias cartas y documentos relativos al tema (3). Este artículo se centra en los documentos previos a la Carta de Jamaica.

Siendo nuestra hipótesis particular que en Bolívar hay una concepción opuesta a los partidos políticos como vehículo legítimo de intereses que deben ser resueltos mediante el uso de la regla de la mayoría, nuestra estrategia será buscar por los textos que señalen lo contrario y, de haberlos, evaluar en qué medida ellos forman una cuerpo doctrinal coherente capaz de rebatir la hipótesis o, son escarceos coyunturales o posiciones reducibles a ciertos períodos precisos. Nuestro aproximación al objeto de estudio será histórica y, luego, conceptual.

La etapa del conflicto

La primera etapa de la vida política de Simón Bolívar está signada principalmente por la conflictividad y el intento de construcción de un orden político estable luego de la caída de la Primera República. Esto, sin embargo, no obsta para que ya se encuentren presentes algunas evaluaciones del conflicto político interno y cómo lidiar con él. Conviene, no obstante, recordar que en política hay dos niveles: el relacionado con el conjunto de reglas sustentadoras del mantenimiento mínimo del sistema, y el relativo a aquellos espacios donde puede haber desacuerdo entre los actores. En períodos de conflicto se acentúa el valor de lo primero y hay una fuerte exigencia de acuerdo en torno a ellos. La guerra, sin embargo, no es el único factor decisivo en la determinación del nivel mínimo. Cuál sea la concepción del sistema político (más abierto o más cerrado), ésta es también un elemento determinante del volumen de acuerdo mínimo esperado. En la etapa de 1811 a 1819 ambos factores son difícilmente separables. A esto hay que añadir que históricamente el término partido poseía una connotación aún más negativa que la que actualmente puede tener, pudiendo ser usada en su acepción de > con preferencia a la de > (4).

Partido

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