Una aproximacion al lexico del crimen y la pasion en Medea y Phaedra de Seneca.

Autorde Brand, Isabel

Resumen

El presente artículo ofrece un análisis etimológico y lexicográfico de los términos crimen, scelus, stuprum, dolus y fraus, empleados en el contexto específico de la pasión amorosa (ira amoris o furor amoris) en las obras Medea y Phaedra de Séneca. Dicha aproximación a los términos de transgresión nos permite establecer el carácter específico de cada uno de los crímenes cometidos por las heroínas.

Palabras clave: furor, ira, crimen, scelus, stuprum.

AN APPROACH TO THE SPEECH OF CRIME AND PASSION IN SENECA'S MEDEA AND PHAEDRA

Abstract

This article presents an etymological and lexical analysis of the terms crimen, scelus, stuprum, dolus and fraus, used in the specific context of the passion of love in the Seneca's plays, Phaedra and Medea. This approximation to the terms that refer to transgression clarifies the nature of the crimes committed by each heroine.

Key words: furor, ira, crimen, scelus, stuprum.

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La presente investigación intenta aproximarse a las tragedias Medea y Phaedra de Séneca a partir del análisis lexicográfico y etimológico de los términos relacionados con la violación de las leyes humanas y divinas. En tal sentido, hicimos un seguimiento de los vocablos empleados por el autor para describir la transgresión asociada al contexto específico de la cólera de amor (ira amoris) o pasión (furor amoris (1)) experimentadas por Fedra y Medea, respectivamente. Para ello se recurrió, primeramente, a la fuente original latina y en segundo lugar, se dividió el estudio en ámbitos o categorías en los que las heroínas cometen sus crímenes, siempre partiendo de la perspectiva de la cólera y la pasión como un padecimiento cuya sintomatología, según la filosofía estoica, puede ser comparada con una especie de > que no le permite, tanto a Medea como a Fedra (2) emitir sanos juicios.

Así, esta > o morbum mentis (3), como la denomina Cicerón en Las Disputas Tusculanas (4), adquiere patrones de comportamiento específicos, los cuales, según Séneca (5), presentan las siguientes características:

>. Muchos son los daños ocasionados a causa de la ira, >. (6) En los personajes Medea y Fedra, la progresión de la ira y el furor es semejante, evidenciada en cada uno de los aspectos que, según, Theodorou (7) se constatan en los furentes: silencio, cabeceo, movimiento circular de los ojos, respiración pesada, agitada e irregular, ojos rojos, espuma brotando por la boca, ruidos de animales y comportamiento salvaje e insano.

En este sentido, las tragedias Medea y Phaedra de Séneca tienen en común varios aspectos, no sólo relacionados con la presencia de los estigmas propios de la estirpe del Sol y el morbum mentis de las heroínas, sino más bien asociados a los aspectos formales de la composición trágica como tal, es decir, a la evidente utilización de un vocabulario específico para delimitar los espacios de la transgresión de las leyes divinas y civiles. Así, en el estudio del incumplimiento de la ley, se hace necesario analizar el término > cuyo origen se remonta al vocablo latino transgredior (8), el cual está formado por la preposición trans y el verbo gradior referido a la acción de >. Sin embargo, la unión de estos dos elementos denota la violación de las leyes enmarcadas no sólo en la competencia lingüística sino en definiciones concretas a partir de los aspectos simbólicos presentes en la utilización de dicho término.

Al delimitar el vocablo > para señalar la ruptura de un orden establecido, el traspaso de un límite de aquello que es moral o legalmente aceptable, el incumplimiento del deber y la falta de honor, se observa en Phaedra la presencia de dos ámbitos de transgresión: el primero tiene que ver con el incesto y el segundo con la maquinación del engaño. En Medea, por su parte, observamos un ámbito del crimen relacionado con el asesinato producto de la venganza (ultio (9), vindicta (10)), aunado a sus habilidades de hechicera como instrumento para la materialización del crimen planeado. No obstante, en este trabajo trataremos de establecer, a través del estudio de ambas tragedias, Medea y Phaedra de Séneca, el empleo reiterado de los términos que designan la violación de las leyes.

La ira (11) y el furor (12) en Medea y Phaedra son considerados en sí mismos como transgresiones de índole moral donde los sustantivos scelus (13), crimen y stuprum en todas sus formas demuestran la magnitud de la acción cometida en contra de las leyes que rigen el universo y la sociedad. Así, el sustantivo scelus denota las acciones reprobables por la moral o la religión, es decir al crimen, al delito, al atentado y a la inequidad, por esta razón, se le asocia a la contaminación, a la deshonra y al manchar algo puro con una acción sacrílega. De allí, el uso de expresiones como: utero impio (14), impio capiti (15), foedus impius (16) y amoris impii (17) donde el adjetivo impius está referido a las acciones desnaturalizadas, malvadas y criminales. El primer testimonio de la utilización de scelus se halla en Catulo (18) y, posteriormente, se hace común en la lengua poética, especialmente, en el contexto de las transgresiones de tipo religioso. Cicerón, por su parte, lo relaciona con el espíritu, la disposición o la intención de cometer un crimen, maldad o impiedad, aunque en la mayoría de sus escritos señala cosas abstractas (19). Sin embargo, en la lengua familiar la palabra scelus es entendida como infortunio y desgracia (20).

Por otro lado, observamos, sólo en Phaedra, el uso del sustantivo stuprum (21) para denominar la acción criminal que viola la fidelidad conyugal. Este vocablo está referido a las relaciones culpables, deshonrosas, incestuosas y oprobiosas que atentan contra el pudor y las leyes morales. Este vocablo tiene su origen en el verbo stupro cuyos significados son >, >, > y >, además, se relaciona con el sustantivo turpitudo (22) para destacar la >, la >, la > y el >.

No obstante, existe una diferenciación en el uso de scelus y stuprum para designar las acciones transgresoras referidas, en el caso de las tragedias en estudio, al adulterio y el incesto. Así, en la intervención de Hipólito (23) encontramos la expresión > () y > () para demarcar cada uno de estos ámbitos de la transgresión.

En Medea, por su parte, las acciones criminales se originan en un deseo de vengar (vindicta) el abandono de Jasón. Su crimen puede dividirse en dos etapas: la primera, el asesinato del rey Creonte y su hija. La segunda, consiste en el asesinato de los hijos de Jasón, y decimos de Jasón porque al haber sido desterrada, sus hijos ya no le pertenecen. Se emplea, entonces en Medea, el sustantivo scelus para nombrar la planificación de la venganza como tal. Por esta razón, y por la naturaleza malvada del personaje de Medea, el sustantivo scelus se ve complementado semánticamente por el uso de adjetivos como efferum, immane e impium (24) para expresar la dimensión de la matanza que se cometerá. Así, este crimen tiene connotaciones morales definidas ampliamente en la estructura de las leyes civiles y naturales: el magnicidio y el parricidio.

Crimen (25), por su parte, es empleado en ambas tragedias. Sin embargo, en Medea denota crímenes. Esta palabra proviene, según Ernout y Meillet del griego krima (26) cuyas principales acepciones son >, > o >, siendo estos sus usos más comunes en latín. El término crimen ha sufrido algunas...

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