Petroleo global y estado nacional.

AutorMommer, Bernard

Resumen

En este artículo se analiza p rimero el papel que desempeña la tenencia de los recursos naturales en general en una economia capitalista desde un punto de vista económico, ideológico y político. Empezando con la ciencia económica, resulta que ésta le resta toda importancia, afirmando categóricamente que la tenencia de los mismos --sea privada o pública-- no incide en los precios. En la práctica, sin embargo, resulta fácil encontrar ejemplos que demuestran que sí puede incidir en ellos, los ejemplos más sencillos y contundentes se encuentran en el campo de la minería y, por encima de todo, en el petróleo. Sin embargo, tales observaciones no conducen a la revisión de la teoría sino más bien a respuestas ideológico-políticas. Se analizan dos tipos de propiedad mineral pública, los regímenes no-propietales y los propietales, los cuales dan cuenta de dos tipos de intereses que subyacen en la dinámica petrolera internacional y su evolución reciente.

Palabras claves: Petróleo, Tipos de Propiedad, Mercado Petrolero Internacional, OPEP, AIE.

Résumé

Dans cet article on analyse, d'abord, le rôle joué, en général, par la possession des ressources naturelles dans une économie capitaliste, selon les perspectives économique, idéologique et politique. On commence pour la science économique, laquelle n'assigne aucune importance à ce fait, lorsqu'elle postule catégoriquement que la possession des ressources--soit privée ou publique--n'a pas d'effets sur les prix. Cependant, il est facile de trouver, dans le plan de la pratique, quelques exemples qui démontrent cette incidence. Les exemples les plus simples et les plus solides sont trouvés dans le domaine des ressources minérales et, surtout, du pétrole. Mais, ces remarques conduisent plutôt aux réponses idéologiques et politiques qu'a l'examen de la théorie. Nous analysons deux types de propriété minière publique, les régimes de non propriété et les régimes de propriété. Ils sont révélateurs de deux types d'intérêts dans la dynamique pétrolière internationale et son évolution récente.

Mots clés: Pétrole, Types de Propriété, Marché Pétrolier International, OPEP, AIE.

Summary

This paper begins by analyzing the role of natural resources in a capitalist economy from an economic, ideological and political perspective. Economic science, on one hand, renders it irrelevant by stating that the ownership, i.e, whether the resource is state of privately owned, has no incidence on prices. In practice, however, it is easy to find counterexamples, particularly in the field of mining and more specifically in oil production. Such observations, however, do not lead to a revision of the economic theory but to ideological and political considerations. Two types of state-owned mining modes are analyzed, non-proprietary and proprietary, which describe two distinct interests behind international oil markets and its recent evolution.

Keywords: Oil, Ownership, International Oil Markets, OPEC, IEA

  1. INTRODUCCIÓN

    En este artículo se analiza primero el papel que desempeña la tenencia de los recursos naturales en general en una economía capitalista desde un punto de vista económico, ideológico y político. Empezando con la ciencia económica, resulta que ésta le resta toda importancia, afirmando categóricamente que la tenencia de los mismos --sea privada o pública-- no incide en los precios. En la práctica, sin embargo, resulta fácil encontrar ejemplos que demuestran que sí puede incidir en ellos. Los ejemplos más sencillos y contundentes se encuentran en el campo de la minería y, por encima de todo, en el petróleo. Sin embargo, tales observaciones no conducen a la revisión de la teoría sino más bien a respuestas ideológico-políticas. Éstas pueden ser benignas, consistiendo, por ejemplo, en concebir a los yacimientos mineros como un 'capital natural', y admitir luego su incidencia en el precio bajo este disfraz. Pero también pueden ser respuestas militantes, convirtiéndose entonces la teoría económica en un manifiesto político, en un programa de acción para acabar, efectivamente, con tal incidencia.

    Las respuestas benignas se observan dentro de los países desarrollados, frente a la propiedad mineral privada. La respuesta militante puede observarse en la actualidad frente a la propiedad pública de los yacimientos petroleros en los países exportadores.

  2. CIENCIA ECONÓMICA Y RECURSOS NATURALES

    En los comienzos de la economía política, como cabe esperar, la tierra y los terratenientes jugaron un papel preponderante. El fisiócrata Turgot, todavía en 1766, consideraba a la renta de la tierra como la forma principalísima de excedente económico, y no distinguía entre salarios y ganancias. Estas últimas todavía las identificaba como los salarios de los empresarios. (1) La tierra y el trabajo eran los únicos factores originarios de producción. Sin embargo, apenas diez años después, Adam Smith introdujo la distinción entre tierra, trabajo y capital. (2) Pero otros cuarenta años más tarde, en 1817, Ricardo ya comenzó a desmantelar esta trilogía, y lo redujo al binomio de la ciencia económica moderna, capital y trabajo. (3) Al decir de un historiador moderno del pensamiento económico, la tierra fue "asimilada al capital". (4) La tierra, por lo menos en el mundo de la teoría económica, había sido arrebatada de las manos visibles de los terratenientes y colocados en las manos invisibles del mercado. Por lo tanto, se sostenía, ya no había por qué seguir considerando a la tierra-a los recursos naturales en general--como una categoría en sí. Se daba así por terminado, por lo menos teóricamente, la transformación revolucionaria burguesa. Lo mismo ocurrió, aunque con cierto rezago, en la teoría económica marxista. Capital y trabajo estaban de acuerdo conque la tierra desapareciera como factor de producción para dividirse la torta exclusivamente entre ellos dos.

    2.1 TEORÍA RICARDIANA DE LA RENTA

    La supuesta irrelevancia de la tierra como factor de producción en la ciencia económica se basa en el entendimiento de que la tenencia de la misma no incide en los precios. O, lo que reviene a lo mismo, en el entendimiento de que la tenencia de la tierra no restringe el flujo de inversión y, por lo tanto, de la oferta. Sin embargo --volviéndonos hacia la agricultura inglesa del siglo XIX, el ejemplo clásico-- a primera vista este entendimiento parecía contradecir al hecho empírico de que los arrendatarios siempre pagaban alguna renta, aún en las peores tierras. La explicación de Ricardo era que, si bien la inversión marginal no pagaba renta, en todas las tierras, y también en las peores tierras, había sucesivas porciones de inversión con rendimientos decrecientes. Todas, menos la última, sí podrían pagar alguna renta. Luego, la competencia entre arrendatarios ocasionaría que estas rentas fueran a parar, como renta de la tierra, al bolsillo de los terratenientes; pero, a su vez, la competencia entre los terratenientes también impediría que ellos cobraran más. De manera que los precios de los recursos naturales se determinarían, al igual que todos los bienes, por su costo marginal de producción, incluida la ganancia usual del capital. Por lo tanto, la "apropiación de la tierra y su consecuente generación de renta" (5) no jugaba ningún papel.

    Este modelo tiene, sin lugar a dudas, una virtud: es consistente. Empero, si corresponde a la realidad o no, es una cuestión muy distinta. Para convalidar la teoría ricardiana de la renta no basta demostrar que la renta marginal, en electo, sea cero. Aunque así sea, todavía habría que demostrar que no hay tierras que no se cultivan porque los terratenientes no aceptan la renta de la tierra que se le está ofreciendo. Sin embargo, la única demostración que ofrece Ricardo de su teoría es que, en la agricultura inglesa, la renta marginal era cero. Su demostración se basaba en el hecho de que la renta de la tierra consistía, usualmente, en una suma anual fija, con lo que no había obstáculo alguno, en principio, a inversiones adicionales, de rendimiento marginal y sin pagar renta alguna. Pero, además, Ricardo tenía que demostrar, y no lo hizo, que toda la tierra cultivable, desde un punto de vista estrictamente capitalista, era efectivamente cultivada. Este punto, desde luego, sólo podía aclararse mediante una investigación empírica. Ahora bien, si el acceso del capital a la tierra fuera restringido, la demanda debería de satisfacerse con la inversión dentro de un área limitada y, por lo tanto, con un mayor costo de producción marginal. Por ende, aunque la renta marginal sea cero, la tenencia de la tierra, por ofrecer resistencia al libre flujo de inversión, habría causado un aumento en los precios.

    Pero, obviamente, sí basta demostrar que la renta marginal no es cero para haber demostrado que el flujo de capital está restringido. En este caso aunque todas las tierras fueran cultivadas, habría inversiones que no tienen lugar, precisamente porque la renta marginal no es cero. Es decir, si suponemos, por ejemplo, que los arrendamientos tienen la forma de aparcería, es decir, que la renta de la tierra consiste en un determinado porcentaje de la cosecha, entonces no hay ni una sola unidad que pueda producirse sin pagar la renta correspondiente. Con mayor razón el flujo de inversión estaría efectivamente restringido. Y contrariamente a las expectativas de Ricardo, la aparcería nunca desapareció por completo dentro de la agricultura inglesa, aunque la forma predominante fuera el pago de una renta anual fija. La aparcería, si bien es una forma antigua de arrendamiento es también una forma moderna. En la actualidad sigue muy difundida incluso en economías modernas como la de Estados Unidos.

    Peor aún para Ricardo, en la minería el equivalente a la aparcería sigue siendo la norma. La forma más usual e importante de la renta de la tierra en la minería es la regalía, sea un porcentaje de la producción o sea un pago fijo por unidad de producto. Ricardo, quien estaba al tanto de este hecho...

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